El Condor

Vultur gryphus, llamado comúnmente cóndor andino, cóndor de los Andes, o simplemente cóndor (del quechua kuntur) es una especie de la familia Cathartidae del orden de aves accipitriformes. Habita en Sudamérica, en la cordillera de los Andes, cordilleras próximas a ella, sierras del centro de la Argentina, y en las costas adyacentes de los océanos Pacífico y Atlántico. Es el ave no marina de mayor envergadura del Planeta.[3] No posee subespecies.[1]
Es un ave grande y negra, con plumas blancas alrededor del cuello y en partes de las alas. La cabeza carece de plumas y es de color rojo, pudiendo cambiar de tonalidad de acuerdo al estado emocional del ave. A diferencia de la mayor parte de las aves de presa, el macho es mayor que la hembra.
Es un ave carroñera. Alcanza la madurez sexual a los 5 o 6 años y anida entre los 1000 y 5000 msnm, generalmente en formaciones rocosas inaccesibles. Posee una tasa de reproducción muy baja y se espera que al menos ponga un huevo cada dos años. Es una de las aves más longevas, pudiendo alcanzar la edad de 50 años.
Es un símbolo nacional de Bolivia, Chile, Colombia y Ecuador, y tiene un importante rol en el folclore y la mitología de las regiones andinas de Sudamérica. El cóndor andino fue declarado monumento natural de Chile mediante decreto el 30 de junio de 2006.[4]
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza la cataloga como una especie casi amenazada, ya que sufre la pérdida de su hábitat y el envenenamiento por la ingesta de animales intoxicados o de los propios cebos envenenados colocados ilegalmente por cazadores y ganaderos. Varios países iniciaron programas de reproducción en cautividad.

Alimentación:

El cóndor se alimenta de animales muertos. Una vez localizada la carroña, los cóndores no descienden a comer de manera inmediata sino que se limitan a volar sobre la misma o se posan en algún lugar desde donde ésta se vea claramente. Uno o dos días pueden pasar hasta que finalmente se acercan. Comienzan a alimentarse en los puntos más accesibles o blandos de los cadáveres, es decir, los ojos, lengua, ano, ubre o testículos, abdomen y entrepierna. Con sus fuertes y cortantes picos desgarran los tejidos y abren los cueros, lo que adicionalmente facilita el aprovechamiento de la pieza por parte de carroñeros de menor envergadura. Un cóndor puede ingerir unos 5 kg de carne en un día y asimismo puede ayunar hasta 5 semanas.

Amenazas:

Las poblaciones de cóndor andino han sufrido en las últimas décadas un alarmante descenso a todo lo largo de su distribución. No existen censos históricos fidedignos para cada país que permitan tener una idea perfectamente clara de la situación. Sin embargo la condición de la especie ha pasado a ser crítica en Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú, países que conforman los Andes del Norte.
En Colombia, Venezuela, y especialmente Perú, se está llevando a cabo en la actualidad proyectos de repoblación en áreas históricamente habitadas por cóndores y de las cuales fueron extirpados en el s. XX. Con en el estudio de registros históricos, se puede afirmar que la densidad poblacional de la especie fue siempre menor en el extremo norte de su distribución (Andes del Norte) comparado con los países del sur, quizá debido parcialmente a que países como Bolivia, Chile y Argentina poseen vastos territorios relativamente despoblados de humanos y con excelente hábitat para la especie.


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